domingo, 19 de septiembre de 2010

La frase de la semana (XXIV)


"Triste mansión es la que miras;
no desoigas la voz del que te advierte
que todo es ilusión menos la muerte"
Leído a la entrada del cementerio de San Xurxo da Mariña

La frase de hoy viene directa de la entrada del cementerio de la aldea donde tiene la casa de la playa mi abuela. Allí hay, sobre las escaleras, un cartelito con esta inscripción. Y qué queréis que os diga, me lleva llamando la atención desde hace mucho. Creo que no es el único cementerio en el que hay algo así, y se puede decir que es algo curioso (como las frases de los epitafios de la gente).

6 comentarios:

  1. No sé qué pensar sobre esta frase de la semana. Tiene rima y pompa, eso es seguro...

    "Triste mansión es la que miras; no desoigas la voz del que te advierte, que todo es ilusión menos la muerte".

    Creo que le da un aire lúgubre al cementerio, un aura de tristeza, y creo que en cierta medida tiene algo de razón. A ver, si entre el "advierte" y el "que" no hubiera una coma, estoy seguro de que no me gustaría demasiado, pero esa coma cambia todo el sentido de la oración. Creo que uno de los puertos finales de la vida es la muerte. De hecho, sin la muerte no existiría la vida (pues la primera forma parte del ciclo vital de todo ser vivo). La ilusión puede ser considerada fantasía o ensoñación, algo que puede esfumarse. Creo que la advertencia es esa: Al final encontraremos la muerte. Y ante la muerte, todas las cosas se tornarán efímeras, porque se acaban, y nosotros no podemos hacer nada para llevarlas allá a donde vayamos tras el velo de la muerte. Soy religioso (si no lo fuera ya tendríais que tener mucho miedo, porque a estas horas estoy organizando verdaderos ejércitos, y no es broma), y creo firmemente en que la muerte no es el último puerto, pero sí es el barco que nos lleva hasta él. Y tras la muerte, creo yo, todas esas cosas efímeras valdrán aún menos que cuando vimos a la muerte cara a cara, y serán otras cosas las que importen.

    Sin ir más lejos, creo que la inscripción es un llamado de atención a todas las personas, un grito de conciencia, una forma de decir "eh, prestad rigurosa atención". Es un grito que dice: "Alto. ¿Por qué váis tan apresurados? Podéis hacer mil cosas en esta vida si lo deseáis, y no está mal, pero nunca olvidéis hacer la única cosa que será contemplada y tendrá valor verdadero detrás del velo de la muerte. No olvidéis jamás que esta es la única cosa que se pedirá, es la única cosa que tiene valor, es el cimiento mismo de todo el universo, toda la historia y todas vuestras vidas. Es lo que tenéis que hacer primero, lo que tenéis que hacer después, lo que tiene mayor prioridad y lo único que debieráis hacer si no tuvieráis otra cosa que realizar. Podéis realizar mil proezas, mil descubrimientos o mil caminos, pero sólo una cosa debe inquietaros en cada una de esas empresas. Nunca olvidéis que lo único y lo primordial, lo que de verdad cuenta tras la negra silueta de la muerte, es el amor".

    Podemos ocuparnos en mil cosas durante toda nuestra vida, y no está mal. Pero antes debemos recordar que la primera de esas mil es amar, y jamás dejar de hacerlo. Tras la muerte ya no importarán los modelos atómicos, ni las teorías de la relatividad general, ni las cuatro fuerzas que rigen el universo, ni las matemáticas, ni el análisis complejo. Tras la muerte lo único que importará será cuánto hemos amado de verdad en nuestra vida. Porque el amor es el fundamento de la vida, de la tierra y de todo lo que existe. Todo se resume en una palabrita de cuatro letras que muchas veces es muy equívoca.

    Bueno, al menos esta es mi interpretación (quizás desde un punto menos científico del que estoy acostumbrado a hacer mis comentarios), pero es que no puedo separar la idea de la muerte con la idea de la fe y de la esperanza. Y sí, suena raro que teniendo una personalidad científica y una mente apegada a la lógica y la razón, me vuelque por entero a la fe. Pero vamos, si soy capaz de creer que los átomos tienen dos regiones, un núcleo positivo y una nube exterior negativa, porque Ruderfort se puso a bombardear oro con materiales radioactivos a través de dos polos magnéticos...

    ¡Elen síla lumenn omentielmpo! y lo que tenéis que hacer siempre,

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  2. ¡Hola a todos!

    A mí siempre me llamó la atención los epitafios, no sé por que, aunque sean algo muy norteamericano.

    Lo primero que pensé al leerlo fue en Espronceda y en El estudiante de Salamanca,y a mí lo que más curiosidad me produce en el cementerio de la aldea en donde viven mis abuelos es un mini saxofón dorado que está encima de una lápida.

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  3. Hola Fantasmas.

    Bueno, la verdad es que no me gustan demasiado los cementerios, así que no me fijo demasiado en las lápidas. Pero me gusta esa frase, tiene mucho de verdad.

    Besitos de jengibre.

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  4. Nicolás, caray, menos mal que no sabías qué pensar xD

    Natalia, ¿un mini saxofon? Eso sí que es curioso. ¿Y no se oxida ni nada?

    Jengibre, a mí tampoco me hacen mucha ilusión los cementerios xD. De hecho, yo creo que en mi vida no he entrado más de diez o veinte veces en uno.

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  5. Puh... yo creo que cuando me obligaban a ir a misa pasaba más tiempo en el cementerio que dentro de la iglesia, cuando era pequeña jugaba con mi hermano a la pilla xD ( qué poco respeto tenía, lo sé...xD) Aunque hace mucho que no voy a ninguno, pero la verdad es que los cementerios no me dan mal rollo, lo que da mal rollo son los tanatorios... y a veces los hospitales, sobre todo cuando estás en la parte de urgencias...

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  6. Sí, prefiero los cementerios a los tanatorios (yo creo que es porque el cementerio está al aire libre). Los hospitales... pues no sé, depende, supongo que según en qué parte del hospital estés xD

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