¡Ah! Venecia, Venecia, ¿qué decir de Venecia? Allí nos llevó el vuelo procedente de Madrid, allí entramos por primera vez al crucero, allí cenamos a las prisas y fuimos a visitar la ciudad ya de noche a causa del retraso.
Esa noche fue mágica. También es cierto que en el resto de sitios que visitamos nunca pudimos ver las urbes a la luz de la luna, pero no le quita mérito. A pesar de un pequeño primer lío con los vaporettos (básicamente tomamos el sentido erróneo y luego cuando corregimos el error tuvimos que bajar en una estación no planificada porque la línea cerraba), pudimos llegar hasta la Plaza de San Marcos. Y estaba prácticamente vacía. Tampoco era tan tarde, yo creo que el reloj aún no había marcado la una, pero en la que posiblemente es la plaza más famosa del mundo estábamos casi solos. Es una pena que las fotografías hechas por la noche salgan tan movidas.
Por la mañana, un pequeño madrugón, un poco de disfrute con el desayuno del barco y vuelta a la ciudad. El paseo en vaporetto me confirmó que aquella es una ciudad para visitar de día y de noche, porque posee, ¿cómo decirlo?, un ambiente, un aire, un color distinto. Cual von Aschenbach en la obra de Thomas Mann, me dirigí a San Marcos para visitarlo a fondo. Y aquí, llegado este punto, señores, es donde debo alabar fervientemente las maravillas de Internet. La cola para entrar a la Basílica de San Marcos era kilométrica, la del Palacio Ducal, ídem. Pero un servidor, merced a la pericia y astucia de sus tíos, tenía una reserva hecha a través de la red de redes, por lo que caminamos al lado de los estáticos (y probablemente irritados) turistas que habían decidido improvisar, y no pasaron treinta segundos antes de que estuviéramos dentro.
De la Basílica debo destacar la vista privilegiada sobre la plaza (desde allí tomé la instantánea que encabeza la entrada, por ejemplo), pero sobre el interior, a pesar de lo impresionante de ésta, guardo mejor recuerdo del palacio. Los frescos ocupando toda la pared, años y años de gobierno de un pueblo casi legendario allí encerrados, curiosos relojes de veinticuatro horas en los que las manecillas, paradójicamente, se movían "en sentido contrario a las agujas del reloj", la Scala d'Oro, el puente de los Suspiros... Próximo estuve a padecer el síndrome de Stendhal, me parece.
La visita posterior al Campanile, aunque obligada, nos dejó con el agua al cuello en cuanto a horario se refiere, si bien es cierto que las vistas eran impresionantes. Mas, como iba diciendo, el barco partía a las 15:30 y temíamos perderlo. No fue así, obviamente, y pudimos disfrutar del espectáculo en el Salón Broadway, la cena de blanco y negro en el Restaurante Miramar, el salón Rendez-vous y demás habitáculos con nombres dignos de un redicho de altura.
Podréis ver más fotos cuando publique una entrada centrada en ello. Por el momento, la cita de La muerte en Venecia ha de ser suficiente:
"Y entonces volvió a ver el más prodigioso de los desembarcaderos, esa deslumbrante composición de arquitectura fantástica que la República Serenísima ofrecía a las respetuosas miradas de los navegantes; la liviana magnificencia del palacio ducal y el puente de los Suspiros; las columnas de la orilla, rematadas por el león y el santo; el fastuoso resalto lateral del templo encantado, con el portal y el gran reloj en escorzo".
Actualización: Debe de ser que me hago viejo, porque no me explico cómo se me había pasado comentar la salida triunfal de Venecia. La situación, desde la proa de la embarcación, era perfecta: pasamos casi al lado de la plaza de San Marcos, ¡desde un crucero! Realmente las fotografías parecen un montaje, porque no parece posible poder sacarlas desde un sitio así. Atravesar Venecia de esa manera (que, a todo esto, es mucho más grande de lo que me había imaginado) es un privilegio. De película.
Ahora si que me estás dando envidia de verdad. Poder disfrutar de la plaza de San Marcos a la luz de la luna y casi en solitario.
ResponderEliminar¡¡¡Con las ganas que tengo de ir allí!!!
Gracias por el dato, ahora sé que cuando vaya allí he de planificar y reservar las visitas por internet. Me has ahorrado hacer colas kilométricas.
Esperaré esas fotos, la que has publicado me ha dejado con ganas de más.
Pues sí, de verdad, coge las entradas por Internet. Ahorras muchísimo tiempo.
ResponderEliminarMe acabo de acordar de que no escribí sobre la salida de Venecia. Voy a actualizarlo.
Vamos, que sólo te faltó decir eso de "Soy el rey del mundo" XDDD
ResponderEliminarSeguiré tu consejo y cuando vaya ya llevaré las visitas reservadas.
Lo curioso del caso es que si las cosas me hubieran salido bien, este otoño tenía planeado un viajecito a Florencia y Venecia. Y seguro que habría vuelto con el dichoso síndrome de Stendhal...
Pero que le voy a hacer. Las cosas hay que tomarlas como vienen. Otro año será.
Yo también pienso visitar Florencia algún día, sobre todo después de lo que nos machacaron en 4º de eso con todas las obras renacentistas.
ResponderEliminarQué raro que la foto haya salido bien, con lo bien que sacas tu las fotos( sarcasmo)!!
ResponderEliminarBueno, no sé que más ponerte, ganas ya tenía de ir asi que... lo único, que nos has ayudado con la sugerencia de lo de reservar por internet.
una cosilla, he buscado en la pagina de la usc lo d cuando empiezan las clases, y no lo he encontrado!!!
Andrea, lo he dicho muchas veces y lo repito: aún no me habéis enseñado esas fotos que yo supuestamente saco tan mal. Es más, todas las fotos que he usado en las entradas sobre el viaje a Túnez (menos la del Hotel de los Botes) y las de la aventura mediterránea fueron hechas por mí, y la única un poco regular es la de las filas del avión por lo difícil que era sacarla desde el asiento de la ventanilla.
ResponderEliminarSobre el inicio de curso, yo sólo sé lo del link que os dejé en el blog de Zaira http://www.usc.es/export/sites/default/gl/perfis/estudantes/descargas/calacaestnonadaEEES.pdf , pero llamaré por teléfono uno de estos días por si acaso.
gracias fantasmín, x lo d la uni!! jajaja
ResponderEliminarlas fotos, yo vi unas 30 o asi,( horribles), y me dijeron k las habias sacado tu... asi k nose... XDD
En esas fotos pueden haber pasado tres cosas que me eximirían de culpa:
ResponderEliminar1-Se sacaron por la noche a algo demasiado lejano o grande como para que el flash fuera suficiente, en cuyo caso en mi cámara todas y absolutamente todas las fotos salen algo movidas (lo comprobé en Venecia apoyando la cámara sobre algo durante un largo rato).
2-Las sacó Patricia, que muchas veces tenía mi cámara cuando yo me cansaba porque un señor le rompió la suya según bajábamos del avión.
3-Han decidido que esas fotos eran mías sólo para llevarme la contraria (creo que Cris las tenía todas mezcladas).
Y digo esto porque, si sé que en el crucero las fotos de Venecia por la noche salieron en su mayoría mal, no recuerdo tal cosa de las de Túnez.