jueves, 30 de julio de 2009

La odisea de aprender a conducir (II): cuando Los Fantasmas encontró a la Pantalla





"¡Ahora disponibles ordenadores con pantalla táctil
en el aula para hacer los tests!"

Sigamos donde lo dejamos: ya me encontraba inmerso, sin solución, en un universo que no alcanzaba a comprender, y en el que los nativos rendían culto a una especie de semi-dios al que llamaban Pantalla Táctil. Una vez identificado el peligro decidí presentarme a Pantalla, dado que sin su aprobación jamás podría completar La odisea de aprender a conducir.

De nuevo con el otro don entré en la pseudoescuela. Allí observé que los recién captados en su culto gozan de privilegio, pues, al haber sólo un sitio libre en las Pantallas y ser nosotros dos, la no-sólo-recepcionista ordenó a uno de los iniciados: "Ala, quítate de ahí, que ya has estado suficiente". Interesante. Poco más tarde, y tras unas palabras de uno de los que allí estaban, deduje que lo que en ese sitio hacen es lavar el cerebro a la gente: "¿Y qué quiere decir que le obstruye la herida? ¿Qué es obstruir?" O eso, o pertenecen a esa especie que no ha cursado el BI. Sí, esos a los que se les habla en monosílabos (sin intención de ofender a posibles lectores no-BI: no va dirigido a todos).

Pero aún faltaba que la Pantalla revelara su gran secreto, la razón por la que ningún alumno cometería nunca ningún fallo involuntariamente: el botón "ayuda". Sin penalización de algún tipo, cuando estás haciendo una pregunta basta con apretar el botón para que ante mis incrédulos ojos la Pantalla brinde, en apenas dos líneas, la solución al problema. Seguro que eso ayuda a comprobar el nivel de aprendizaje de los alumnos, sí señor, sin lugar a dudas.

Sin embargo, poco después tuve que abandonar la no-escuela (se supone que en una escuela dan clases, ¿no?), pues el tiempo apremiaba y Harry Potter me esperaba.

miércoles, 29 de julio de 2009

Memorias de Túnez (V): el WTF! del cartel



En ocasiones, de manera fortuita, el ser humano tiene la suerte, o la desventura, de enfrentarse a acontecimientos históricos, míticos, inolvidables, tremedabundos, espectaculares, que superan con claridad sus expectativas y proyectos, su capacidad y su entendimiento. En Túnez yo sufrí uno de esos sucesos.

Iba un servidor caminando por Susa, alegre de su ignorancia y su existencia rayana en la normalidad, cuando, ¡oh, sorpresa! me encuentro con el cartel que encabeza la entrada. Creo que en aquel momento mi cara, cual espejo en forma de la mano de Fátima, adoptó los rasgos que el símbolo muestra.

¿Qué nos deparaba aquel lugar? ¿Sería la base secreta de alguna tribu enemiga? ¿Un ambiente cambiante, en el que cada día nada es igual que el anterior y te enfrentas a la sorpresa? ¿Un convento de monjas hermafroditas malayas y albinas que, no sabiendo qué poner en el cartel, lo dejaron de esta guisa? Porque, ¿quién, en su sano juicio, se gasta los dineros para esto? Ni siquiera aportó luz al asunto observar el otro lado del cartel, que es el siguiente:


¿Juegos del mundo? ¿Es que hay fútbol americano, petanca, origami y quidditch? A mí que me lo expliquen. O mejor, que me dejen con la duda, que seguro que la respuesta entrañaría tales misterios que preferiría votar al del nombre antediluviano antes que convivir con ellos.

martes, 28 de julio de 2009

Kings: primera impresión



Esta entrada no estaba prevista. De hecho, tenía pensado escribir una entrada conmemorativa que sería tal por alcanzar las 15, o en todo caso publicar una que ya tengo preparada sobre Túnez. Pero todo ha cambiado. Este verano he decidido ver un par de series que había dejado pendientes, como Lost, y tras el batacazo de ayer con Dark Blue, que no me pareció suficientemente entretenida, hoy he me he decidido por el piloto de Kings.

Ha sido perfecto. Es como si hubieran hecho la serie para mí. Apasionante, apabullante, escalofriante: aún tengo los pelos de punta. Y no es porque sea terrorífica, ni la acción sea especialmente rápida y fuerte. Es simplemente que me ha encantado. Sólo espero esta sensación continúe con los siguientes episodios, porque sería un gran fiasco. Es totalmente diferente a las demás, es magnífica. De continuar así pronto desbancará a Motivos Personales en mi ránking de series. Es realmente una lástima que, a raíz de su audiencia, haya sido retirada en la midseason para continuar emitiendo los episodios restantes en el verano (en EE.UU. ha acabado tan sólo hace tres días), y finalmente haya sido cancelada. El argumento es el siguiente (tomado de ¡Vaya tele!):

"Kings cuenta la historia de un reino moderno, Gilboa, que lleva en guerra varios años con sus vecinos de Gath. El conflicto toma otro rumbo cuando el hijo del rey Silas es secuestrado en el frente y rescatado por David, que pasa de ser un joven tímido de una familia humilde a simbolizar la esperanza de un pueblo desmoralizado por su situación actual. David se convierte en el héroe que todos necesitaban pero, al mismo tiempo, en un instrumento del rey Silas para mantener el poder (...).

Poder, envidia, corrupción, secretos de estado, chantajes políticos, guerra y hasta romance: todo tiene cabida en esta serie de carácter épico".

lunes, 27 de julio de 2009

"Las negras que vuelvan a la base"




Ala es la tercera vez que escribo el primer párrafo porque no sé por qué le da por enlazarse todo a nosequé página, así que estoy hasta las narices. En ese párrafo básicamente digo que me hizo mucha gracia la charla atomizadora de la doña de la aspiradora, la de las instrucciones contradictorias con el único punto común de la casa de pizarra negra en forma de pirámide. Y punto.

Una vez en el recinto, puedo decir que han sido unos 40 € invertidos a la perfección. ¿El resultado? 4-¿4? El interrogante se debe a que el último juego, el de acabar las bolas que quedaban, era una chorrada, y ni siquiera se podía pasar del medio del campo. Entre eso y el aburrimiento supino con que nos torturó el equipo contrario, tirados mirando el paisaje, lo más llamativo era escuchar su conversación sobre los abejorros que veían.

Lo que más me gustó: tirarme por el suelo. Aquí, allá, por hierba, por espinos, entre ramas... Jamás pensé que disfrutaría tanto de rebozarme por la maleza adelante. A mí, la próxima vez, que no me den pistola (que además por tirarme, según la jefa, los tiros me salían más desviados): me sueltas allí en medio y yo repto a por la banderita de marras. Además, más barato.

Definitivamente, y a pesar del bolazo-casi-balazo de cierta doña en medio del pecho, del que ahora mismo contemplo la marca, ha sido una experiencia gratificante. En un par de meses, a repetirlo.

Actualización del 13/8/2009: esta entrada, junto con Del enigma de la hora tunecina,Memorias de Túnez (II): las filas del avión y Memorias de Túnez (IV): pruebas empíricas sobre el agradable calorcillo del verano, ha sido elegida en la encuesta motivada por la vigésima entrada del blog como la mejor hasta el momento. Cabe mencionar que en la encuesta sólo se recibieron cuatro miserables votos, correspondientes a las cuatro elegidas.

domingo, 26 de julio de 2009

Hacia la aventura en las tierras desconocidas del paintball




Me encanta el olor de pintura por las mañanas... Señores, estamos a punto de embarcarnos en una aventura mítica que recordaremos para el resto de nuestros días. ¿Seremos héroes? ¿O haremos el más absoluto ridículo? Yo apostaría por lo último.

Como preludio y entrenamiento, os dejo con este vídeo de The Big Bang Theory, esa graaaan sitcom, en el que todos los personajes van al paintball, con un resultado... desigual. Una encarnizada batalla nos espera, y el post subsiguiente será de obligada publicación, así que disfrutad del vídeo y preparaos para sufrir.

viernes, 24 de julio de 2009

Y me volvieron a hacer la puñeta



En los días de Selectividad y de Harry Potter casi llegué a pensar que la profesión que más odiaba era la de tractorista. Pero el jarro de agua fría ha llegado, y me ha devuelto a la realidad. ¡Ah, cruel espejismo que me abstrajiste y me llevaste a una ficción! En mi lista de profesiones deleznables la de tractorista no está sola, y hoy me he acordado de por qué.

Pero vamos a ver, señor peluquero, que cuanto más le explico es peor. Cada vez que voy me empeño en corregir sus errores anteriores esperanzado, mas éste incurre en otros nuevos. Sin ir más lejos, hoy en la peluquería no podía dejar de mirar mi flequillo: tal cual el de Fray Perico y su borrico. Qué espanto. ¡Oh, Dios mío! Al menos cuando llegué a casa lo mojé y pude disimularlo con relativo éxito. Lo ¿malo? es que, al dejar de mirar mi flequillo vi el resto: pequeño e inútil capullo, ¿quién le ha dicho a usted que me deje el pelo tan corto? Lo que le pedí que me cortara más, siguiendo las recomendaciones de cierta doña y mi sentido común, es la parte de atrás, ¡no todo! Si es que ahora parece que tengo seis años menos.

Y es que aún encima siempre me esfuerzo por ir cuando está el peluquero bueno, pero como siempre está con éste, que es el que me lo ha cortado, perdón, tomado las últimas veces, ya se debe considerar "mi peluquero", por lo que ya me atiende él directamente.

Por todo ello, señores lectores, les advierto: NUNCA, repito, NUNCA SE FÍE USTED DE UN PELUQUERO. Son unos seres traicioneros a la caza del viandante despistado que pueda caer en sus garras. Los tractoristas son imbéciles, sí, pero ellos avisan. Estos no, estos te prometen todo y luego... "ya sabes, como tiene volumen ahora tienes que esperar a que acomode, unos diez días". Diez sopapos, por emplear el eufemismo, le daba yo a usted. Si es que le daba así. Diez días... ¿y mientras tanto? ¿Tiro del pelo a ver si crece más rápido? Manda narices.

jueves, 23 de julio de 2009

Memorias de Túnez (IV): pruebas empíricas sobre el agradable calorcillo del verano



"Pues parece que refresca". "¡Ponte la chaqueta, niño, que te vas a resfriar!". O ya puestos "Jonathan, no te metas pa' lo jondo". Estos son los típicos ejemplos de frases que NO oirá en Túnez. ¿Por qué? La fotografía que encabeza esta entrada lo muestra. Y ni siquiera se trató del peor día.

Mas esa afirmación merece ser apoyada con pruebas, las cuales, como anuncio en el título, están en mi poder. Son documentos gráficos obtenidos fortuitamente en días distintos que muestran los efectos de la exposición de sujetos humanos a altas temperaturas de manera prolongada. Me encuentro en la obligación de decirles que estas imágenes no son adecuadas para niños pequeños: pueden marcarlos de por vida. Abróchense los cinturones, que empezamos.


Mujer. 18 años. Se puede percibir a simple vista cómo trata de paliar, infructuosamente, los síntomas de la conocida enfermedad de "¡ay, que me va a dar un payá!".


Mujer. 17 años. La sintomatología, como se puede ver en su desesperado y frenético gesto, se encuentra en un estado mucho más avanzado. La esperanza de que no queden daños cerebrales es nula.


Mujer. 18 años. Observen el efecto del payá en los músculos faciales, los cuales se contraen y relajan a voluntad, dando lugar a fantasmagóricas e inhumanas muecas.


Mujeres. 18 años. La enfermedad priva a los sujetos de un comportamiento racional, llegándose a agredir entre ellos. Se ve además agravada por las dolencias mentales que poseían anteriormente a la exposición.

Definitivamente, las consecuencias de las altas temperaturas en el sexo femenino son desastrosas. No obstante, los experimentos han demostrado que en hombres potencia asombrosamente sus virtudes y reduce sus defectos de manera irreversible.

Actualización del 13/8/2009: esta entrada, junto con Del enigma de la hora tunecina, Memorias de Túnez (II): las filas del avión y "Las negras que vuelvan a la base", ha sido elegida en la encuesta motivada por la vigésima entrada del blog como la mejor hasta el momento. Cabe mencionar que en la encuesta sólo se recibieron cuatro miserables votos, correspondientes a las cuatro elegidas.

miércoles, 22 de julio de 2009

La odisea de aprender a conducir (I): primer contacto

Sí, es cierto, esto que me dispongo a relatar ocurrió hace casi un mes, pero encuentra su lugar en este blog ahora debido a la enorme cantidad de contenido disponible en estos momentos (el viaje a Túnez, Harry Potter y el misterio del príncipe, la entrevista en Radio Obradoiro, la televisión, de la que os recuerdo que aún no he escrito nada...).

Todo comenzó el día en que cierto don y yo decidimos que era el momento de buscar autoescuela. Guiándonos por los sabios consejos de la doña que trabaja en mi casa ("en esa autoescuela todo el mundo aprueba", nos dijo, "en la otra, suspende casi todo el mundo"), pues se ve que ella sabe mucho de esto, nos dirigimos a la autoescola Bertamiráns (qué nombre tan currado, ¿eh?). Sin embargo, lo único que condujo a esta señora a darme tal indicación fue que una amiga suya sacó allí el carné del coche sin carné. Sí, yo puse la misma cara...

No obstante, llegamos al lugar de los hechos: la recepcionista nos expuso sus horarios, la mar de amplios, y la presencia de gente allí esperando nos hizo creer que éramos unos privilegiados. ¡Craso error! Pocos días más tarde, tras pagar la matrícula, la pregunta fue: "¿Y cuando podemos venir a clase?". "¿Clase? No, vosotros miráis los libros y luego venís aquí a hacer tests, que tenemos pantallas táctiles" Ooooh, pantallas táctiles... ¿Cuántos astronautas de la NASA dices que entrenáis con esas pantallas táctiles que, por cierto, tanto reverenciáis en vuestra web? Eso se aproxima más a una secta que esto otro, diría.

Para más inri, nos dimos cuenta de que la recepcionista no era tal, sino que ella era quien se encargaba de todo. Aunque "todo" sea llevar la recepción y conducir a los alumnos hacia las pantallas táctiles, porque, repito, NO HAY CLASES.

Ya en mi casa quise seguir las instrucciones de la mencionada doña, cuando, observando el libro, me percaté de que hay una ingente cantidad de fotos de Santiago y alrededores, y las que no, están hechas por ordenador. Además, no hay rastro de la editorial, del autor, de la ciudad... Cuando le pregunté a una bibliotecaria conocida mía, su respuesta fue: "este depósito legal es un poco raro..." Una amiga me dijo que ése no era el libro que tenía el resto de gente que iba a la autoescuela. Pero bueno, "en esa autoescuela aprueba todo el mundo, en la otra suspenden casi todos"... Manda narices.

lunes, 20 de julio de 2009

Memorias de Túnez (III): reflexión histórica sobre el candado español


Dos aspectos sobre el título antes de empezar: el primero, este post no tiene nada que ver con la Historia, pero poner eso al lado de "reflexión" es como poner "resort" a un hotel, que queda bien y punto. La segunda, que el candado del que voy a hablar no es español sino de Estambul, pero mi manifiesto no entiende de países.

Dicen que el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra. Yo me tropecé dos veces con el mismo candado. ¡Y qué candado! La cuestión, queridos amigos, es que durante nuestra primera noche en tierras tribales enemigas, en el Hotel de los Botes (hay que empezar a llamarle de alguna forma identificativa, ¿no?), me llevé un buen sobresalto. Mi maleta, dentro de la cual estaban prácticamente todos los menesteres de que disponía, optó por renunciar al diálogo como forma de comunicación conmigo. Que me entraron ganas de prenderle fuego, vaya. ¡Oh, por Dios, qué violento! Y una pata de cebra. ¿No va el candado y se cambia de combinación? Pero vamos a ver, ¿en qué clase de comedia ridícula a base de bromas de mal gusto se ha visto esto? ¡Un candado coge y ala, cágate lorito! Pues ponte tú a probar todas las combinaciones a ver cual es.

Pero esto no es todo. La maleta, a pesar de perder el primer asalto tras una encarnizada batalla, continuó presentando lucha, y unas noches más tarde repitió la jugada. ¡Dos veces! ¡Dos veces probé todas las combinaciones! ¡Las mil! Lo pondré con número que así parecen más: ¡Las 1000! ¡Y no se abrió con ninguna! ¡Mi ropa estaba ahí dentro! No quedaba otra: a fedellar en el candado imitando al otro. Echa mano del botiquín, coge las tijeras, a golpes con el cerrojo de las narices...

Al final lo conseguí. Y, obviamente, no volví a cerrar la maleta, porque no se podía, y además era imposible: la cremallera no había soportado el fragor del combate, y yo seré imbécil pero no tanto. Aprendí a base de golpes. Pero repito: jamás en mi vida se me habría pasado remotamente por la cabeza que el candado de la maleta iba a cambiarse solo de combinación. Nunca había escuchado nada parecido. Manda narices.

domingo, 19 de julio de 2009

Noticia de penúltima hora: Los Fantasmas del Paraíso es aclamado en los medios


Señoras y señores, por fin he conseguido hacerme con el archivo de audio de la entrevista que me hicieron el otro día en Radio Obradoiro, principalmente gracias a la amabilidad con la que han atendido mi correo. Pero el destino no me lo podía poner tan fácil: curiosamente, blogger sólo ofrece la opción de subir imagen o vídeo, así que me he tenido que buscar la vida de mala manera. Tras cosa de una hora rebuscando por Internet cómo demonios subir la pista de audio he abandonado, pero la almohada me ha susurrado una ¿ingeniosa? solución: pasarlo a formato de vídeo. No sé cómo habrá quedado, porque es la primera vez que uso el programa de hacer vídeos de Windows, pero confío en que al menos se escuche, aunque sea por la enorme cantidad de tiempo invertida en esta entrada.

No tengo mucho que decir, porque mi aparición en la radio es de por sí (mode ironía on) bastante larga y de profundo contenido intelectual, y os llevará un tiempo asimilar las revelaciones que aporto con mis grandes dotes radiofónicas (mode ironía off). Lo único, que cada vez que lo escucho me pasa eso que a mucha gente: mi voz me da repelús. Sí, sí, me da la impresión de que hago el ridículo por mi tono de voz, la incansable repetición de "pues", las vacilaciones, lo que digo...

Al menos he mencionado el BI y el viaje a Túnez, he expresado mi satisfacción y bueno, la verdad es que no sé si arrepentirme de no haber mencionado el blog, porque no creo que nadie le hiciera mucho caso y no quedaría muy bien en el contexto de la entrevista, así que las cosas están bien así.

Por último, he de pediros que disculpéis mi inexperiencia como blogger y/o locutor y que no seáis excesivamente crueles en los comentarios. Ah, y nótese que en el blog de Zaira, anterior al mío, aún no han publicado ningún vídeo jiji. Si es que lo que no haya en este blog...

viernes, 17 de julio de 2009

Memorias de Túnez (II): las filas del avión


Aunque este tema ya ha sido tratado por encima por Zaira aquí, merece claramente una reflexión individual.

El día de autos (esta denominación se debe a que yo lo considero un delito) era la primera vez que viajaba en avión (sí, lo sé, qué paleto, ¿qué le voy a hacer?). Por tanto, esperaba que todo fuera como la seda, con tranquilidad y nada fuera de lo común. El error no podía ser mayor: ¿pero cómo demonios se las arreglaron para vendernos asientos de una fila que, sencillamente, no existía? Creo que en el mundo de los panolis como yo eso no sólo se llama over-booking, también es un timo como una catedral. Es como si yo le vendo una casa a alguien y al llegar le digo: ¡ah, si no la he construido!. Quédate con la de al lado, que todavía no han venido los dueños.

Quiso el destino que entrásemos de los primeros, pero la cara de los azafatos lo decía todo... Menos mal que la doña legítima propietaria de los asientos donde alegremente nos sentaron era de mente débil y no fue capaz de aguantar más de dos segundos la pesadez de charla que amenazaba con echarle (quienes me conocéis la comprenderéis).

Y me pregunto: ¿qué hubiera pasado si hubiéramos entrado de últimos y el avión estuviese lleno? Creo que en el baño sólo hay sitio para una persona... Y si eso no parece muy seguro, imagínanos sentados en el pasillo... Ahora pasaré a expresar mi indignación:

¡Albricias y zapatetas! ¡Qué desfachatez! ¡Qué ultraje! ¡Hacernos esto a nosotros, que hemos pagado como cualquiera! ¡Sucios petimetres! ¡Salvajes mequetrefes! ¡Excrementos regurgitados de camello en celo! ¡Criaturas ridículas de los abismos! ¡Esto debe de ser uno de esos conocidos ataques tunecinos de tribus enemigas! ¡Pedazo de cacho de trozo de mula en miniatura! ¡Peidos dos infernais cús (del conxuro se puede sacar cada insulto que....)! ¡Os daría así! ¡Vamos, y vamos, y vamos!

Ala, ya m'he desaogau. Os animo a uniros en los comentarios.

Actualización del 13/8/2009: esta entrada, junto con Del enigma de la hora tunecina, Memorias de Túnez (IV): pruebas empíricas sobre el agradable calorcillo del veranoy "Las negras que vuelvan a la base", ha sido elegida en la encuesta motivada por la vigésima entrada del blog como la mejor hasta el momento. Cabe mencionar que en la encuesta sólo se recibieron cuatro miserables votos, correspondientes a las cuatro elegidas.

jueves, 16 de julio de 2009

Crítica constructiva de Harry Potter 6



En el día de ayer, como muchos sabréis, se estrenó Harry Potter y el misterio del príncipe, y como buen blogger, allí estaba yo. Antes de comenzar a escribir a lo loco, sólo quiero decir que procuraré que este post no se parezca todo lo que debería al Programa de cine de Ángel Martín. Con eso no te digo nada y te lo digo todo, vaya.

Lo que más me gustó de la película, los efectos especiales. Comparado con las últimas películas que he visto (léase "Coco Coco, soy un torpedo electronicó") esta ha sido una maravilla, como la lluvia en Sevilla. Es, en definitiva, un filme que entra por los ojos: los conjurillos, las idas y venidas de cámara... ofrecían más posibilidades que una historia de ¿superación? de principios del siglo pasado. Eso sí, entra por la vista, pero lo que es por el gusto...

Para la gente que no ha leído el libro posiblemente sea un truño casi equiparable a aquel fatídico error bautizado como Expiación (¡menuda bazofia que fue ésta!). Si decir que se saltan partes del argumento es común al hablar de adaptaciones de libros, aquí deberíamos subrayar que es difícil calificar a eso de argumento. Van soltando las cosas como si todo el mundo fuera un experto, y quien no ha leído el libro no se entera de la mitad. Escenas aisladas, prescindibles... Un maremagnum de despropósitos, diría. Y la muerte del dire, menos emotiva no podía ser.



(imagen de www.notasdecine.es)


Eso por no hablar del romance Potter-Dumbledore que deja traslucir la película. Frases como "me acuerdo de cuando eras pequeño y estabas escondido en el armario" o "agárrate a mi brazo" (repetida varias veces sólo con el gesto de ofrecerle ese trozo de carne fofa que debe ser la extremidad del primo mayor de Fraga) no tienen desperdicio, y menos aún la primera escena, en la que el profesor amarra al joven mago por la cintura cual adolescente hormonado, o la de la despedida en la que un Harry deshecho aparta los pelos de la cara a un Albus para quien, según palabras de McGonagall, "eras alguien muy especial" (dirigiéndose a Potter). Sí, en esa escena en la que cierta doña pequeña criatura de los infiernos observó que el viejales parecía estar a punto de gritar: ¡picasteis!. ¿Más pruebas? No creo que hagan falta. Ahora vas y me dices que es casualidad. Y un comino. Los guionistas se han debido partir el trasero haciendo el guión en base a ciertas teorías conspiranoicas.

No obstante, el filme merece ser visto sólo por pertenecer a la saga de J.K. Rowling, especialmente si has leído los libros anteriores y has visto las películas. Una cita así no se puede dejar pasar, y más si en el pasado te has dejado convencer para ver Expiación.

miércoles, 15 de julio de 2009

Memorias de Túnez (I): el WTF! de la guía.



Con esta imagen empieza mi sección de reflexiones sobre nuestra aventura en el Magreb, ya que la narración corre a cargo de Zaira. Este suceso tuvo lugar nada más comenzar el viaje, de camino al primer hotel (de cuya calidad ya hablaremos), cuando me propuse aprender algunas palabras útiles en árabe. Y he aquí mi gran sorpresa cuando me encuentro que, en el apartado de palabras de uso frecuente, según la RAE "repetido a menudo", aparece entre "alto" y "camello" la expresión "ataque de una tribu enemiga". Esto así, ala, aún sin saber nada sobre ese pueblo que es el tunecino. La frase tiene su miga, y merece ser analizada con detalle:

  1. Ataque: "acción de atacar, perjudicar o destruir". Esto ya incluye la violencia, algo hacia lo que personalmente no tengo cariño.
  2. de una tribu: ¿pero esto no era en el África interior y en las selvas amazónicas, con los jíbaros reductores de cabezas y compañía? ¿Qué me estás contando? Yo con estos señores no quiero tener nada que ver...
  3. enemiga: tócate las narices. Si el ataque ya era chungo, ahora ya se mete en el saco a la vileza, la mala voluntad... Vamos, que por falta de hostilidad no va a ser.
Por tanto, en Túnez es común hablar de cuando un grupo de chalados viene y te corta la cabellera. Y todo esto en un momento en que la guía que tenemos demuestra no tener mucha idea (no es capaz de retener el nombre del conductor ni cinco minutos, al que apoda cariñosamente Paco). Vamos, que porque con las palabras que traía la guía no era capaz de decir "párate que yo me doy la vuelta", que entonces con los jíbaros violentos se las iba a ver uno que yo me sé. Por suerte para todos, el caso no pasó de lo anecdótico. Eso sí, se ganó a pulso un grande y sonoro WTF!?

martes, 14 de julio de 2009

Inauguración informal: ¿qué es esto?





Va a empezar, ya está aquí, lo que más te gusta a tí (parafraseando al Grand Prix de Ramontxu). Ha llegado el momento, tras una presentación formal en la que he tratado de arrojar cierta luz a la naturaleza de mi pseudónimo, un par de entradas que reclamaron mi atención, un viaje a Túnez, cuatro capítulos de The Big Bang Theory, dos de Harper's Island y uno de CSI, Life y El Internado, y una aparición estelar en la radio, de anunciar a los cuatro vientos la creación de Los Fantasmas del Paraíso, un blog que no es ninguno de los que entraban en mis planes y a la vez los es todos.

Me explico: desde hace unos meses la idea de llevar una bitácora me estaba rondando la cabeza, pero cuando me paraba a pensar en la temática llegaban las dudas: mi primera intención era la de un blog sobre televisión, mi gran pasión y pasatiempo; pero ese blog probablemente no sería aceptado de buen grado por la gente que me rodea y no comparte mi teleadicción, y estoy seguro de que mis contenidos no serían lo suficientemente numerosos y originales como para atraer un mínimo de demanda. Es decir, que no me leería ni el de arriba.

Mientras aún barajaba esa idea, me propuse aprender diversos aspectos sobre diseño de blogs y cosas así, y ante la dificultad e inmensidad de posibilidades, me dije: pues hay que hacer un blog de aprendizaje donde ensaye todas estas cosas. No obstante, nunca llegué a animarme.

La posibilidad de un blog sobre la experiencia del BI y los profesores es en realidad muy tentadora, y aún no está descartada, pero la complejidad de un blog en grupo, la escasez de material y los problemas de conciencia me lo pusieron difícil.

Finalmente, llegó ¡Mira! Zaira tiene un blog, que con su temática sobre la propia vida y, por qué no decirlo (emulando a Buenafuente), su éxito arrollador, me enseñó las bondades de este tipo de bitácoras.

Y así llegó el verano, y yo sin saber a qué dedicar mi blog, hasta que, cual Sabino Arana según el libro de Historia o Descartes según el de Filosofía, tuve una iluminación: crear un blog con mi pseudónimo, Los Fantasmas del Paraíso, en el que volcar mis aventuras, desventuras y cavilaciones, entre las que tiene un lugar especial la televisión.

Con esto espero que les halla quedado claro, bienqueridos lectores, doctos maestros en el arte del comentario, fuentes de toda sabiduría y ejemplos paradigmáticos de personas que emplean la agudeza mental, la hipnosis y/o la sugestión, manipuladores magistrales de la mente y del comportamiento, a qué clase de bitácora os enfrentáis en encarnizada batalla.

De anunciaros he que ya estoy preparando un par de entradas del tipo "televisión para amateurs" para que aprendáis a manejaros en la noble disciplina de ver la tele; y de deciros he que con esta entrada os propongo un reto: ¿seréis capaces, pequeños seres de las tinieblas, de descubrir a qué serie he hecho referencia en el párrafo anterior? No hay que ser un teleadicto para adivinarlo, pero tampoco os confiéis. Por supuesto, también guardo en la recámara varios posts sobre Túnez y la entrevista en Radio Obradoiro, así que estad atentos.

Espero que me sigáis con asiduidad, y que los comentarios (llamados aquí, en un ridículo alarde de originalidad, idas de olla) se multipliquen.

Los Fantasmas del Paraíso.

viernes, 3 de julio de 2009

Del enigma de la hora tunecina




¡Ah! Insaciable curiosidad la mía. La cuestión es que la doña de la agencia de viajes juraba y requetejuraba que en Túnez era una hora menos, y un servidor, con los datos de la Wikipedia en la mano, se empeñaba en que no.

En esto que pienso al ver los intrigantes datos de los vuelos: tate, que igual la Wikipedia está errada, o lo que es peor, herrada. Total (como diría la doña Cristina), que a cotejar los datos. Pero nada: en todas partes con el UTC+1, al igual que en nuestra querida patria.

¡Mas no! ¡No puede ser! Algo se nos escapa, Watson. En algunas de esas páginas indica la hora tunecina y, efectivamente, hallo que se trata de una hora menos. ¿Cuál es la clave del misterio? La respuesta aparece ante mi incrédula mirada al comprobar que los señores tunecinos no respetan los descubrimientos de ese padre de la patria americana que es Benjamin Franklin. Es decir, en una determinada página me lo confirman: "Ningún horario de verano".

Misterio resuelto, dirán. No se apresuren, contestaré. Y les diré por qué: en la Wikipedia, en la entrada sobre Túnez que les enlacé antes, sí afirman la existencia de un horario de verano. Un error, dirán. No se apresuren, contestaré. Y les diré por qué: haciendo este post, al investigar sobre el amigo Ben y el horario de verano, me he encontrado en esa enciclopedia libre el siguiente mapa, en el que se representan con color azul los países que han adoptado el mencionado horario. Y hete el brete en que me mete, Soledad Huete, ya que el dichoso Túnez aparece en tal color.

¿Entonces, Sherlock? Entonces, Watson, hallé una conversación muy interesante en la que llegan a conclusiones similares a las mías. Por ello, y dadas las pruebas físicas de los billetes de avión, concluiremos que fue el Profesor Mora con el candelabro en la cocina. ¿Cómo dice, Sherlock? Como digo, Watson, parece que la fiabilidad de la Wikipedia, a pesar de lo que indiquen los estudios, es menor de la esperada. El huso horario de Túnez es el mismo que el de España, mas es necesario atrasar el reloj. Paradojas de la vida, amigo, paradojas de la vida. Y, una vez resuelto el caso, vámonos que he quedado con Grissom.

Actualización del 13/8/2009: esta entrada, junto con Memorias de Túnez (II): las filas del avión, Memorias de Túnez (IV): pruebas empíricas sobre el agradable calorcillo del verano y "Las negras que vuelvan a la base", ha sido elegida en la encuesta motivada por la vigésima entrada del blog como la mejor hasta el momento. Cabe mencionar que en la encuesta sólo se recibieron cuatro miserables votos, correspondientes a las cuatro elegidas.

jueves, 2 de julio de 2009

En El Correo Gallego


Sé que había prometido una inauguración informal del blog, pero la actualidad nos requiere. La cuestión es que, como veis ahí arriba, el martes nos llamó el señor director para sacarnos una foto y salir en El Correo Gallego. Y allí que estábamos, a su hora en el instituto, esperando por él, que no aparecía, si bien finalmente fuimos en el momento justo.

Y digo en el momento justo porque según entrábamos allí en ese sitio lleno de ordenadores en el que se dedican a "crear periódicos" salían los de Pignoise. Yo, como podéis imaginar, no los hubiera reconocido de no ser por la llamativa reacción de la doña que en la foto de arriba se sitúa en el centro (no quiero dar nombres para preservar nuestro anonimato, aunque basta con seguir un simple enlace para descubrirlos), quien en un primer momento se dedicó a señalarlos como quien cree estar viendo a un muerto o a un fantasma o a un tiranosaurio rex chimpándole la pamela a la Reina de Inglaterra porque se sofoca con el calor.

Después nos hicieron una churrientrevista colectiva preguntándonos lo básico, y yo, orgulloso de mí, solté que practico esgrima en cuanto pude, convencido de que una rareza así saldría en el periódico. No creáis que se trata de afán de notoriedad (o no sólo de afán de notoriedad), pues lo que creo haber tenido en cuenta es la necesidad de publicidad de este minoritario deporte, que al mínimo descuido se quedaría más abandonado que Manhattan en Soy Leyenda.

Por último, nos marchamos para realizarle una entrevista en secreto total y absoluto a "el número uno", como dicen en la página, bajo pena de alta traición bla bla bla, de la que parece haber salido menos contenido del que imaginaba, a juzgar por el artículo (si bien es cierto que no me quedé allí para comprobar el tiempo que les llevaba).

Por cierto, he de añadir tres detalles:

El primero, que la señora entrevistadora no debía ser muy leída, y no lo digo por el "currarselo" sin tilde del artículo, sino porque no es dominio único de grandes mentes que 9,04 no es lo mismo que 9,4.

El segundo, que BI somos la leche. Por si no lo habéis notado, de los dieciséis alumnos del Rosalía que tenemos como media final un sobresaliente, un total de 8 hemos cursado los dos años de bachillerato por esta modalidad: los 5 de la foto más tres desertores que, a modo de castigo, han sido penados con la aparición pública en el periódico de esas fotos terribles que nos hicieron en el instituto (por lo menos en la web no lo han colgado). Me consta que la doña Zaira ya está horrorizada.

El tercero, que BI letras somos aún más la leche, porque la doña de "el número uno" y un servidor hemos sido los más chachiguaismolamazocágatelorito del instituto, superando con ello todos los escollos que los conspiradores han puesto en nuestro camino (y no me refiero sólo a ese profesor, sino más bien a la ignorancia y dejadez que ciertos sectores del personal decente y del alumnado han manifestado: ¡expulsados del universo!).

Ah, y sabed que soy consciente de la longitud desproporcionada de esta entrada, y he intentado solucionarlo con uno de esos "leer más", pero como no soy ningún lumbrera del HTML, queda así hasta nuevo aviso.

Adiós muy buenas graciasdenada.

Los Fantasmas del Paraíso





"Ojos que no eran humanos, sino los de una herencia que todavía debíamos derrotar. Esos fantasmas que Salderis había bautizado y a los que Tanais aún personificaba llevando sobre su espalda el peso de la tradición del imperio thetiano. Espectros que ahora compartía con él la emperatriz.
Los Fantasmas del Paraíso."