lunes, 5 de octubre de 2009

La aventura mediterránea (V): la maldita maquinita



Para esta entrada tomo el título de la historieta de Ibáñez porque la aventura en Santorini no fue bañarse en una playa volcánica, fondear en un cráter, pasear por Ía u observar como cientos de gays procedentes de un crucero en el que de 3000 personas 6 eran mujeres tomaban la ciudad, qué va. La aventura nos la dio un coche de alquiler. Pongámonos en antecedentes:

Subimos desde el puerto en burro por una ruta maloliente que ni siquiera nos priva de caminar el último trecho. Esperamos hastiados mientras el jefe de la expedición va a buscar el coche que en un principio pensábamos nos esperaría en el puerto, lo que habría ocurrido si se hubiese tratado del nuevo en vez de del viejo, inaccesible por carretera. Durante la espera hay un intento de refugiarse en una tienda pero somos expulsados. Cuando recibimos la llamada que nos indica hacia dónde ir, un malentendido hace que nos perdamos y acabemos en el Hotel King Thiras, que así a la vista parece de poca monta, y con ello el menos conocido del hemisferio. Quiere la diosa Fortuna que cuando el jefe pregunta por la calle dónde está ese hotel le digan: "Espere, que por ahí va el dueño". Manda narices. Nos reencontramos. Vamos hasta Ía, donde paramos, pero decimos: "va a ser un segundo. Vuelve a encender el coche que dejamos puesto el aire". ¡Ja! El coche dijo que no se encendía. Espera por un mecánico. Viene un señor que bien puede ser mecánico bien un espontáneo que pasaba por a llí, quien para más inri no habla inglés. Al final nos arranca el coche, pero claro, el miedo en el cuerpo no te lo quita nadie, que como cuando estés en la otra punta de la isla el coche se rebele no llegas a tiempo al barco.

De la tarde-noche podemos destacar el espectáculo participativo Desafío de Titanes, en el que, por ejemplo, un grupo de pasajeros ya entrados en añitos bailaban pegando saltitos vestidos con un top y una faldita, la gente tardaba tres segundos en prestarles los pantalones a los de su equipo y después tenían que subir, sin pantalones obviamente, a pegar botecitos en el escenario para regocijo del público. Una risa, hoygan.

Como nota final, un apunte: el monte más alto de Santorini es el monte Profitis Ilias. ¿A qué viene esto? Ya lo sabréis, almas de cántaro.

7 comentarios:

  1. me encantan ls fotos qe tienes puestas en las entradas del viaje.... si esqe qe suerte tuviste ^^

    i ya se ve qe las noxes tuvieron qe ser cañerisimas... fijofijo qe no vuelves a repetir experiencias de esas en.... buff!! sabe dios cuanto tiempo xD

    ResponderEliminar
  2. Veo que no todo ha sido color de rosas, Fantasmas... Pero debes tener el consuelo de que, en un futuro, podrás contar estas anécdotas e historias a tus nietos y ser el centro de la comida de los domingos, mientras todos se ríen y celebran tus aventuras sobre el crucero. Por otro lado... ¿Qué estuvieron haciendo mientras esperaban y los echaban de la tienda? Y, ¿cómo pudiste soportar tan "curioso" espectáculo?
    Lo dicho, como Sherlock Holmes dice en el final del pulgar del ingeniero: "Ha ganado experiencia, puede convertirse en un gran orador y contar muchas historias si sabe cómo".

    ResponderEliminar
  3. Laura, pues tengo preparada una entrada para cuando acabe de contar las jornadas de viaje que es una galería fotográfica con siete u ocho fotos más xD. Ya sabes, la aventura mediterránea todos los lunes en Los Fantasmas del Paraíso.

    Uy, ojalá se repita pronto esto... Un crucero es un viaje, sí, pero es distinto. Y no sólo porque ves varias ciudades, sino porque tu actividad en el "hotel" es mucho mayor, disfrutas mucho más de las instalaciones.

    Nicolás, cuando nos echaron de la entrada de la tienda en la que pretendíamos sentarnos nos sentamos a la entrada del teleférico (había un murito de la altura de una silla más o menos) y vimos cómo de allí salían gays y gays: la explicación radica en que, además de nuestro barco, también estaba fondeado un crucero de gays (3000 personas, 6 de ellas mujeres: cágate lorito).

    Y no lo dudes, todo esto será una buena fuente de anécdotas. Por el momento, ya me valen para contarlas aquí jeje.

    Ah, y para soportar todas las venturas con el cochecillo de marras ayudó ir luego a una playa volcánica a echar el rato xD. Eso sí, cuando estábamos dando vueltas por los alrededores del King Thiras estábamos un tanto... desencantados xD. Pero al final todo resultó bien y no nos quedamos en tierra ni nada xD.

    ResponderEliminar
  4. ¡¡¡que bien, una galería de fotos del crucero!!!

    Así podrás demostrar tu habilidad con la cámara fotográfica. XD

    Al final son estas anécdotas las que dan "vida" a los viajes. Porque si todo fuera maravilloso y perfecto ¿cuanto tiempo crees que lo recordarías?

    Esperaré esas fotos, como agua de mayo... Me darán algo de envidia, pero será un poquito como estar allí.

    ResponderEliminar
  5. Estoy de acuerdo contigo en lo de las anécdotas. Sino, ¿qué le ibas a contar a la gente de tu viaje? En decir "todo fue alucinante" sólo se gastan unos segundos...

    Sobre la entrada de la galería fotográfica, se corresponde con el número IX de la aventura mediterránea (el VI es Rodas, el VII Mykonos, el VIII Atenas). Y ya sabéis, cada lunes una entrega.

    ResponderEliminar
  6. jaja antes que tu!!! Se llama Dolores (en el culo) Umbridge !!!! Ah, lo d la conraseña era con un 0 menos del que te dije... Qué memoria tengoo..

    ResponderEliminar
  7. Mierda!! Es cierto!! Umbridge... Oye, si ahora estamos así cuando seamos unos vejetes no nos vamos a acordar ni del protagonista...

    Por cierto, no me has dicho nada de la entrada, pero doy por hecho que la has leído, así que programaré la siguiente para hoy a las 21:00.

    ResponderEliminar