Corpúsculo 2: Tuna nueva

Upsss creo que no, que esta es la foto de la tuna de la UNED...

Vale, ahora sí es el póster de Luna nueva. Antes de nada, me gustaría mencionar el asombroso éxito de taquilla del filme, por no decir molesto e irritante éxito de taquilla. ¡Dos horas! ¡Dos horas tuvimos que esperar hasta que hubiese una sesión con butacas libres! ¡Y eso que tenían tres salas habilitadas! Si es que...

En primer lugar, hagamos breves reseñas sin spoilers: la película, en rasgos generales, está entretenida. Eso sí, estaría mucho mejor sin los primeros treinta minutos, en los que apenas avanza la trama para auge del pasteleo y el revolverse en la propia desgracia. Como desarrollaré después, dentro de lo que son los personajes los dos protagonistas me han caído rematadamente mal (no me refiero a sus cualidades como actores, las cuales no me atrevo a calificar por propia ignorancia, sino al personaje y su guión). Suerte que hay otros personajes, como los Volturi, que me parecieron geniales.

Pero mi conclusión, así sin spoilers, es que es un pelín descafeinada, con una trama que sólo arranca hacia la mitad de la película, y con un final más bien digno de culebrón venezolano. Eso sí, tampoco salí con sensación de haber tirado el dinero. Es, sin más, entretenida.

Vale, pues aprovechando los spoilers, quiero detenerme en esta película a analizar los personajes:

Bella, la prota: estúpida y perturbada. Vamos a ver, ¿cómo le va a gustar a alguien un personaje que se tira toda la película llorando, quejándose y berreando por las noches?. Es que manda narices. Y aún encima tiene la desfachatez de pasar olímpicamente de los cuatro amigos esos suyos que salen en su instituto de vez en cuando, con frases como "ay qué sola estoy" o "¡no me queda nadie!". Eso sí, se acuerda de la tipa para ir de compras, y a la mínima la deja colgada porque a la atolondrada de la Bella le da la venada y se larga con un motorista. Veredicto: eso hay que mirárselo.

Edward, el prota: pegajoso y pastelero. Yo, que ni me quejé de las Rimas de Bécquer, no he podido resistir lo empalagoso de este inútil. Es que ya desde la primera escena en la que sale, y de ahí a cada vez que está a solas con la anterior, suelta alguna frase del tipo "sólo con respirar me das la vida", "yo soy feliz sólo con verte", "tú eres mi felicidad", "mi mundo eres tú"... pero es que así continuamente, hoygan. Y, claro, no hay quien pueda.

Jacob: el ignorado. Éste sí que me dio lástima. El pobre se pasa toda la película defendiendo a Bella de los mostrus, aguantándola... para que al final coja y le diga: "Jake, no me hagas elegir, porque lo elijo a él". ¡Pues te vas un poquito a la porra, chata!. Eso sí, no se puede decir que la escritora y el director no sepan cómo atraer al público femenino: de día, de noche, con sol, con lluvia, en tierra, en agua... la máxima de este personaje es "ahorra en camisetas, que están muy caras". Y, a juzgar por el griterío de la sala, parece que les ha funcionado bastante bien.

Los Volturi: estos sí que me cayeron bien. En la película hacen un poco el papel de malos (aunque tampoco mucho), pero a mí es que me encanta toda esta galería de personajes que parecen estar por encima de todo, que están envueltos en un aura regia de poder y sabiduría, y que lo controlan todo. Geniales.

Alice: la remarco porque fue el otro personaje que me cayó bien. La personalidad que se le da se caracteriza por su simpatía y naturalidad.